Este año, el monumento de la falla Mercado de Castilla, trata el tema de los ROBOTS en clave de humor. La falla está titulada “NATROS ROBOTS”, una especie de “espadenyà” del titulo de la obra “YO ROBOT”, seguro que viste la película de Will Smith, pues que sepas que está basada en la novela homónima del gran autor Isaac Asimov.
Por ser uno de los más interesantes autores de ciencia ficción quiero presentártelo aquí, en la falla, como uno de los padres de la robótica moderna.
La figura, no solo es un homenaje personal, si no una herramienta de divulgación cultural. Ya que últimamente, la cultura en general, parece estar especialmente estrangulada por los que nos mandan, ya me entendéis. Con esto he decido aportar mi granito de arena. Además de ver la información y fotos del proceso de creación, podréis participar en un concurso muy interesante.
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(Petrovichi, Smoliensk, 1920 - Nueva York, 1992) Es un escritor estadounidense de origen ruso que destacó especialmente en el género de la ciencia-ficción y la divulgación científica.
Matriculado en la universidad neoyorquina de Columbia en 1935, donde fue Licenciado en Químicas; posteriormente, nuevos estudios superiores le permitieron licenciarse en Ciencias y Artes y doctorarse en Filosofía. En contra del deseo de sus padres, que esperaban que se dedicara al ejercicio de la Medicina, Asimov decidió que su futuro profesional pasaba necesariamente por el cultivo de la literatura. Ingresó en el claustro de la Medical School de la Universidad de Boston, para ejercer la docencia en calidad de profesor ayudante de Bioquímica, materia que continuó explicando en dichas aulas durante casi diez años.
Sobre su obra
Escritor prolífico, Asimov ha gozado de gran popularidad por el sabio equilibro que consigue entre el estilo, la imaginación literaria y el mundo tecnológico y científico. Sus primeros pasos, allá por los años 40, fueron publicar cuentos de ciencia ficción en las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal representante de la rama "tecnológica" de este género, en la que la visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización social.
En sus relatos de robots, recogidos en Yo, Robot (1950) y El segundo libro de robots (1964), Asimov fijó las tres leyes de la robótica, que ponen al robot al servicio total del hombre. Seguro que te suenan.
- Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en
que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la
Segunda Ley.
Entre sus obras también podemos encontrar la que es considerada su obra más completa, su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953). La cual tuvo una continuación, Los límites de la Fundación, novela bastante prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver. Entre sus varias novelas de los años cincuenta, destacan Abismos de acero (1953) y El sol desnudo (1957), en donde Asimov asocia con éxito la ciencia ficción con la investigación policíaca.
Las novelas de Asimov tienen un estilo poco descriptivo de los escenarios o el aspecto de los personajes, basado casi exclusivamente en los diálogos, y dedicado poco más que a servir de vehículo ara sus ideas filosóficas. Pero en este tejido de ideas está el buen ritmo de su redacción consigue casi siempre implicar al lector. Sus textos siempre son estupendas deducciones argumentales que rozan los juegos de lógica.
Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista en un progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la divulgación, también abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la psicología y la sociología. Llevado de su afán didáctico, escribió también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil, en las que combinaba la ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos.
Una personalidad a destacar, como veis, que quería presentarla aquí, en la propia falla Mercado de Castilla como el padre de todos estos “ROBOTS”.